FLÚOR: EL DESTRUCTOR

 

La “fluidez” de los minerales y el origen latino del término flúor

La primera referencia de algún compuesto que se relacione directamente con este elemento data del siglo XV a través del "cronista químico" de la época, Basilio Valentino, el cual menciona una piedra que "ayuda a fundir los minerales". Por eso para seguir esta pista debemos acudir a zona de minas, mineros y minerías, que en la Edad Media y Moderna se concentraba en Joachimsthal, en Bohemia. En el manual de minería "De re metallica", publicado en Basilea en 1530, Jorge Bauer, apodado Agrícola, médico de estas minas, lo llama FLUORE y después LAPIS FLÚOR (piedra que fluye), nombre que surge directamente del FLUERE latino, fluir, procedente de la raíz griega FLUO (nλύω, manar, fluir, correr), semejante a REO (Õέω), ya que ambas derivan del indoeuropeo SREU, a través de la modificación BLEU. FLUO y FLÚOR, tienen el significado de la emisión de un líquido, haciendo especial hincapié en el sentido de movimiento.

De este FLUORE o LAPIS FLÚOR va a derivar la denominación del mineral que duró tres siglos: ESPATO FLÚOR, palabra que en principio se supuso derivada del alemán SPAT, y que sin embargo lo hace del latín SPATHA en función de la forma de cristalizar, ya que significa espada ancha y larga. Efectivamente el mineral cristaliza en el sistema cúbico con caras planas y pulidas. El ESPATO FLÚOR (actualmente FLUORITA, CaF2) va a ser el padre etimológico del elemento que de él nace.

 

El ácido que contiene el principio de la “fluidez” que permitía grabar los vidrios

Tiene que pasar un siglo para que este compuesto se popularice por otras circunstancias. En 1670, Enrique Schawanhardt de Nuremberg refiere el uso que los vidrieros hacen de él, previo tratamiento con oleum de vitriolo, pues el producto resultante les permitía grabar el vidrio que debía estar protegido con cera. Dado el desarrollo de la industria del vidrio desde el siglo XVII, especialmente en Alemania (todo surge de Bohemia), la investigación sobre el uso del mineral progresará rápidamente pero pronto los vidrieros y ceramistas se dan cuenta de que al atacar el vidrio no podrían emplear los utensilios normales de laboratorio para  trabajar con él, revelando su peligrosa actividad

 

Hay que llegar a la segunda mitad del XVIII para saber algo de la estructura y composición. En 1789, Marggrafe la compara con la de otros espatos y poco después Scheele estudia el producto resultante de la reacción empleada por los vidrieros, y que tenía la propiedad de disolver y corroer el vidrio: lo llama ÁCIDO SUECO  y ÁCIDO FLUÓRICO  muy de acuerdo con dichas características (hacer fluir la sílice). Pese a las discrepancias de los franceses Achard y Monnet, Lavoisier lo contempla en función de su sistemática química, considerándolo un ácido oxigenado, con el nombre dado por Scheele, producto del tercer grado de oxigenación del radical FLUÓRICO con el oxígeno, radical que por otra parte no podía conocer, dadas las dificultades que suponía su descomposición, ya que había que encontrar un cuerpo con el que el oxígeno  "tuviera mayor afinidad". Según esto el FLUÓRICO sería un ácido como el nítrico, carbónico o sulfúrico. Al elemento que lo soportaba se le debería llamar FLUORIUM ( primer nombre del flúor)

 

En el siglo XIX, va a llegar al fin la solución a los problemas del elemento, su bautismo y aislamiento, por este orden. Ampère, en carta dirigida  al inglés Davy con fecha de 1/11/1810, le sugiere que el ácido fluórico tal como el ácido muriático (ahora clorhídrico), debería ser un compuesto binario y no tendría oxígeno, sino un elemento semejante al CHLORINE. En su respuesta (8/02/1811), Davy no parece estar muy convencido de la idea de Ampère, pues supone que debe haber algo de oxígeno en el ácido fluosilícico, sin embargo en la posterior de 6 de marzo de 1813, la asume totalmente. Así, gracias a los nuevos procedimientos electroquímicos creados por él, procedimientos que le habían valido en 1806 el premio creado por Napoleón para el mejor trabajo sobre electricidad pese a que Francia estaba en guerra con Inglaterra, toma como suyas las propuestas de Ampère[1], demostrándolas electroquímicamente y confirmándolas ese mismo año. Así se determina que el ÁCIDO FLUÓRICO al igual que el muriático no contiene oxígeno sino hidrógeno.

 

Ampère sugiere tres nombres para el elemento desconocido contenido en el ácido fluórico: FLUORE (tenía las preferencias de Davy), FLUORURE, esta posibilidad enseguida se descartó por dificultades de pronunciación y PHTORE (que pretendía él), derivada del griego FTORIOS (nθoριoς), destructor o corruptor, muy en consonancia con su acción sobre el vidrio. Así el ácido binario derivado de él, se llamaría HYDROPHTORIQUE. Davy acepta la primera sugerencia, y así aparece el FLUORINE. Por lo tanto los nombres de los ácidos binarios, introduciendo la nueva terminología, serían: ÁCIDO FLUORHÍDRICO y ÁCIDO CLORHÍDRICO. El sufijo HIDRICO procede del griego HYDOR (υδόρ, agua), hacía referencia a ácidos sin oxígeno que en el agua producían hidrógeno. El elemento que lo formaba, FLUORINE (en inglés), FLÚOR  (en español), por derivar de la FLUORITA o ESPATO FLÚOR.

 

Aunque parezca mentira, inicialmente en Inglaterra, según escribe Thomas Thomson, en su "Sistema de Química de los cuerpos inorgánicos"  de 1831, fue mucho mejor aceptado el nombre de PHTORINE de Ampère, que el de FLUORINE de Davy, aunque éste por la posterior influencia de Faraday y de la Royal Institution, fuera el que prevaleciera. Sin este pequeño empujón, tendríamos ahora en vez de F, el símbolo  Ph, que se hubiera podido confundir con el dado durante muchos siglos para el fósforo. El flúor va a conservar este nombre hasta en chino, donde se representa con el ideograma de gas, seguido del fonético FU.

 

Del por qué  el flúor recibió el apodo de “destructor”

Los tres electroquímicos que estudiaron primeramente el ácido FLUORHÍDRICO; Davy, Gay Lussac y Thenard tuvieron graves problemas respiratorios, comenzando la serie de acontecimientos trágicos que van a rodear el aislamiento del flúor y que llevarán a denominarlo, el destructor.

Los intentos para dominar al ácido fluorhídrico y con ello poder aislar el flúor produjeron los sucesos siguientes:

 

-   Los hermanos irlandeses Jorge y Tomás Knox trabajan poco tiempo con él, ya que el primero fallece mientras que el segundo permanece encamado tres años, quedando inútil.

 -  El científico belga Louyet, fallece en 1850 al igual que Gerónimo Nickless, profesor en Nancy al intentar recoger el gas producido en la descomposición del ácido fluorhídrico.

-   El inglés Jorge Gore, en 1869, observando la peligrosidad del compuesto así como la imposibilidad de recogerlo por los medios normales usa, por fin, recipientes de platino, que sin embargo resultan destruidos, al igual que le ocurre con los de paladio, oro y carbón. Sólo empleando recipientes de espato flúor, la sustancia progenitora, consigue almacenarlo, pero considerando temerario proseguir en dicha investigación, cesa en su empeño con lo que consigue salvar su vida.

 

Parece ser que el profesor francés de la Escuela Politécnica, Eduardo Fremy, fue el primero en conseguir algo de flúor libre, entre 1853 y 1856. Lo hace descomponiendo electrolíticamente fluoruro cálcico anhidro fundido. En el ánodo se depositó calcio, mientras que en el cátodo se desprendió un gas, que no fue capaz de recoger, pero que no podía ser otro que el flúor. Por este motivo no se le acredita como "aislador" del elemento.

 

Tendrán que transcurrir otros treinta años, hasta que Enrique Moissan, siguiendo el camino trazado por Gore consigue por fin aislar el FLÚOR. Relata así la obtención:

 

     "Obtuve el flúor de un compuesto que había sido adicionado a un mineral con un punto de fusión bajo y en el cual el compuesto de flúor se disolvía rápidamente. El uso de la electricidad produjo el flúor en el polo positivo. La dificultad se presentaba en la elección de un material que resistiera la acción química del gas. Después de algunos malogros (cuatro interrupciones en el trabajo causadas por fuerte envenenamiento), el arreglo del aparato probó ser satisfactorio. Se hicieron dos electrodos de una aleación de platino e iridio. Se sellaron en un tubo de platino en forma de U, cerrado con cápsulas hechas de fluoespato, cubiertas de una capa de goma. El tubo en U se enfrió hasta 10ºF por debajo del 0, para reducir la acción del flúor sobre el platino. La primera experiencia hecha con el gas consistió en ponerlo en contacto con el elemento silicio. Aparecía inmediatamente una llama, formándose después un producto gaseoso".

 

Este hecho se produce el 26 de junio de 1886 y le vale a Moissan el Nobel de Química de 1906, con un voto más que Mendeléev.

Por todo lo que hemos dicho no es de extrañar que el FLÚOR, heredero de la FLUORITA, que "presta alas a los elementos" (dicho químico), porque a todos ellos ayuda a fluir, fuera apodado "El destructor o destruidor". Vamos ahora a justificar estas extrañas propiedades que lo hicieron permanecer "encerrado" en su mineral durante tantos siglos.

 

 

Estudio de las propiedades químicas que originaron sus nombres

La FLUORITA o ESPATO FLÚOR tiene un punto de fusión alto, 1360ºC, y por lo tanto no fluye fácilmente, sin embargo favorece la formación de otros fluoruros que por circunstancias de enlace (más covalente) o por las relaciones de tamaño, funden mejor. Esta situación provoca en moléculas covalentes, que un elemento se pueda de rodear de mayor número de átomos de flúor, empleando números de oxidación elevados. Son conocidos los hexafluoruros de uranio, que son volátiles precisamente por la cantidad de flúor en tan poco espacio, a consecuencia de sus interacciones repulsivas. Dicha característica sirvió como método para separar los isótopos 238 y 235 del uranio en la carrera hacia la obtención del U235, material necesario en las primeras fisiones nucleares.

 

Por otra parte el aislamiento demoró tanto tiempo a causa de que disolvía la sílice y tuvo que prepararse un verdadero laboratorio para el FLÚOR. Ello era debido a la formación del tetrafluoruro se silicio, compuesto volátil y que al evaporarse dejaba la huella de la zona donde se había formado; por eso fue empleado por los vidrieros para grabar. A bajas temperaturas, este compuesto es un cristal molecular en el que las moléculas tetraédricas de SiF4, debido a la hibridación sp3 del Si, están en una red cúbica centrada en el cuerpo, según se demostró por difracción de rayos X, por lo tanto se situarán en el centro y en los vértices de un cubo. Como las fuerzas que las unen son las débiles de Van der Waals, no es de extrañar que sublime directamente a la presión atmosférica; simplemente con que la temperatura suba hasta -50ºC. Esto explica que los vidrieros cuando querían grabar el vidrio lo cubrían de una cera protectora, con un punzón dibujaban lo que les interesaba,  luego sobre lo marcado echaban ácido fluorhídrico, para que al formarse el compuesto gaseoso SiF4, se eliminara la cantidad de silicio suficiente para que quedara perfectamente marcado y grabado el vidrio.

 

)Por qué el flúor atacaba todo lo que encontraba a su paso, menos su compuesto original? Pues debido a su gran electronegatividad, y por lo tanto capacidad oxidante.

 



 

     En la escala de Pauling basada en energías de enlaces, al F, le corresponde el valor de 4(3,98), en la de Allred y Rochow: 4,10 y en la de Mulliken, convertida a valores Pauling: 3,91. Ello hace que reaccione con el agua produciendo múltiples productos como HF, OF2, H2O2, O2 e incluso O3. Su capacidad para robar electrones y oxidar a los demás elementos, medido por su elevado potencial de reducción, le hace producir compuestos con el ácido nítrico y sulfúrico, tales como el NO3F y el HFSO3, provocando inusuales estados de oxidación en otros elementos como el O2-, Cu4+, Ag5+ y Au5+, e incluso compuestos de múltiples valencias con los gases nobles, xenón y kriptón.

 

Sin embargo el flúor tiene un mayor poder oxidante comparativo con sus hermanos de familia, y una mayor diferencia de electronegatividades con el cloro, que la que tiene éste con el resto de la familia. Esto es debido a la contribución del potencial de ionización mucho mayor en el F, que la electroafinidad, muy parecida en todos los halógenos, lo cual  unido al menor tamaño del flúor hace que presente una reactividad muy superior al resto del grupo. Como hemos dicho, su pequeño tamaño es un factor de inestabilidad en toda la química del elemento.

 

Dado que se encontró combinado en forma de F- (CaF2), al tener el potencial redox más elevado que ningún otro elemento, no había posibilidad de oxidar el F- para obtener el elemento aislado, sólo se pudo hacer a través de procedimientos electrolíticos, por eso se produjeron dos graves problemas: el de su obtención, que tenía que hacerse a través de electrólisis ígnea del material fundido con otros minerales de flúor, y el del diseño del instrumental y del material de los dispositivos electrolíticos, para poder contenerlo debido a su reactividad. Estos dos problemas motivaron que siendo un elemento conocido desde hace muchos años, estuviera "encerrado" dentro del mineral, sin posibilidad de extraerlo.

 

 

 

 


 



[1] Ampère, hace notar que los nombres a emplear para denominarlos deben ser FLUÓRICO para el ácido y FLUATOS para sus sales, análogos al MURIÁTICO y sus MURIATOS, o al CLÓRICO y sus CLORATOS